Jaime Bellolio: “Los primeros días me costó cambiar el switch de diputado a ministro"
A casi un mes de haber sido nombrado vocero reconoce que ha pensado retirar su 10% de los fondos de pensiones, que estaba agotado de las discusiones del Congreso, y que tuvo que llamar al orden al ministro Allamand.
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Le regalaron dos extintores. Por si acaso, Jaime Bellolio los dejó en la cocina. Un día cuando su mujer, Teresita Zalaquett preparaba uno de los postres y pasteles que vende desde hace ya ocho años, se prendió fuego. Ella tomó el frasco y lo roció sobre el sartén. Y el fuego se extinguió. Gracias a eso el vocero de Gobierno puede cocinar lomo saltado en su cocina en vez del disco que tiene en el jardín, como suele hacerlo. “La clave es que el aceite esté humeando para que la comida se incendie. Si esto prende apretamos el extinguidor y corremos para atrás”, dirá bromeando cuando llegue el turno de poner los ingredientes a las llamas.
Es miércoles y el ministro Secretario General de Gobierno entra a las 7 de la tarde a su casa, ubicada en un condominio en Linderos, a 45 minutos al sur de Santiago. Toma en brazos a León, su guagua de tres meses, mientras autoriza a sus otros hijos -tres hombres- a ocupar un rato más las pantallas. El mayor, de 11, lleva un gorro de lana que deja ver el corte de pelo de moda -corto abajo y largo hacia arriba- que le hizo su papá con la misma máquina que se pasa por su cabeza constantemente desde que tomó la decisión de ser pelado seis meses atrás. Al primogénito le gusta la música como al padre, pero en vez de rock, prefiere el trap, que él mismo compone, canta y agrega piano en su computador y luego publica en su Instagram.
El ministro se saca la chaqueta, se pone un delantal que le regalaron en La Moneda apenas aterrizó poco más de tres semanas. Toma un pedazo de carne, y comienza.
“Esta receta me la enseñó un chef peruano extraordinario, en una clase que tomamos en conjunto con mi señora. En la cocina nos complementamos, porque a mí me gustan mucho las cosas saladas y a ella los dulces.”
-¿Qué tanto cocina?
-Estuve 90 días trabajando acá por la pandemia, desde como 10 días antes de que naciera León hasta que me nombraron ministro. Ahí me di cuenta de que tenía una deuda de corresponsabilidad gigante, porque mi pega típica era ir a dejar a los niños en las mañanas al colegio, y en las tardes cuando podía ayudaba -porque cuando trabajaba en Valparaíso llegaba tarde-, pero toda la parte entre medio yo me la perdía. Y esa parte es muy intensa: la pega del colegio, contenerlos, incentivarlos que hagan una y otra cosa. En pandemia nos hemos repartido los roles: la pega de estudios, y poner las reglas más estrictas me toca más a mí, aunque en verdad yo negocio un poco más con ellos que mi señora, entonces saben que tienen que venir a conversar conmigo”, dice.
Afila los cuchillos. “En Perú llaman lomo al filete. Pero no hay para qué ocupar filete, de hecho, esto es asiento. Vamos a usar solo dos tomates, pero hay que sacarles las pepas, una cebolla solo los costados. Y vamos a hacer que salga fuego, porque parte de lo rico de este plato es ese sabor a quemadito. Para acompañarlo haremos un risotto especial”, dice. Corta la carne.
-Ministro, ¿cómo han sido estas tres semanas?
-Especiales. Los primeros días me costó cambiar el switch de diputado a ministro. Me llamó el exministro Blumel ese lunes y me dice “oye Jaime, hemos conversado esto, pero para qué cargo del comité político estás disponible”. Yo le dije: “En todos, salvo el tuyo”. No supe nada más, así que horas mas tarde le escribí. “Acuérdate que vivo en Buin, dime si me preparo o no”. Me mandó un mensaje, “prepara el terno”.
-¿Era una especie de sueño llegar a ser ministro?
-Yo sabía que era difícil ser ministro especialmente estando en el Parlamento. Sí tengo que reconocer que en el Congreso ya estaba un poquito...
-¿Tostado?
-Un poquito agotado, sí, porque el nivel de conversación se transformó en hablarle a la fanaticada de cada uno. Había poco diálogo y a mí me encanta la conversación, saber por qué el otro piensa distinto. Me retaban por eso en la UDI al principio, porque yo me acercaba a los del Frente Amplio.
-¿Esa relación con el FA en el último tiempo como estaba? Con Boric, Jackson, eran la bancada joven, jugaban fútbol juntos...
-Desgastada. Con Gabriel yo sigo teniendo una muy buena relación porque creo que es una persona de convicciones muy profundas y está disponible a ir en contra de lo que teóricamente su base piensa para dirigirlos hacia otro lugar. Y eso es demasiado valioso. Giorgio es un muy buen político, una persona muy inteligente, pero a mí me habría encantado verlo en vez de bajándose del acuerdo que se firmó por los 12 mil millones, estando adentro y diciéndole a sus bases por qué era importante estar ahí. Voy a echar de menos a varios del Congreso, pero quiero decirlo muy claro: como ministro tengo más problemas, más horas de trabajo, más intensidad, pero lo paso mejor.
Con llorar
Toma la carne, le vierte salsa de ostras, le agrega sal de mar, pimienta. Revuelve. Luego Corta en gajos el tomate y le saca las pepas.
Apenas llegó a la Segegob se trajo desde la Secom a su equipo de comunicaciones: Cristián Rendic, como director; Juan José Bruna, como jefe de prensa y Francisca Fernández, como jefa del área digital. “El Presidente cada vez que puede me dice que despotencié la Secom”, ríe. Con ellos se reúne todas las mañanas a ver los temas del día y definir en cuáles es importante que diga algo, y en cuáles otro ministro. Luego se informa al detalle de cada tema, prepara un objetivo comunicacional y define una cuña. En paralelo debe liderar la labor del ministerio donde trabajan 600 funcionarios y participar en el comité político.
Dice que su estilo es ser un vocero cercano, en terreno, y que ha conversado con antecesores en el cargo como Heraldo Muñoz, Ricardo Lagos Weber y Marcelo Díaz, para pedirles tips.
Le suena el celular. Llama el ministro del Interior.
“Con Víctor Pérez no tuve mucha relación en el Congreso porque él ya era senador cuando yo fui diputado, pero nunca tuve un problema con él tampoco. Y la verdad es que nos hemos llevado súper bien”, relata. Y agrega: “A veces me toca “retar” a algunos ministros, cuando se desalínean. Eso tiene que hacerse con mucho cuidado”.
-¿A quien le ha tirado las orejas?
-No se puede decir, pero me ha tocado un par...
-¿Allamand por el tema de la prescindencia?
-El tema de la prescindencia tuvimos que conversarlo tanto con Desbordes como con Allamand varias veces. Y ya estamos ok.
-Al final, ¿qué tan real es la prescindencia? Porque por mucho que los ministros no hagan campaña, pueden expresar su opinión.
-Y está bien. Lo que pasa es que el gobierno es neutro en términos de las dos alternativas: ambas son perfectamente legítimas, tanto los del apruebo como rechazo quieren cambiar la Constitución, solo que están divididos en la forma en la cual hay que hacerlo. Y es legítimo también que los ministros puedan decir si están por aprobar o rechazar. Pero cosa distinta es que ya empiecen a argumentar en torno a uno y otro. Ahora, el Gobierno no es neutro en términos de que el plebiscito está en la Constitución: hay que realizarlo y queremos que sea lo más participativo y seguro posible.
-¿Qué posibilidades hay de que se postergue?
-La única posibilidad es que sea por razones sanitarias. Y segundo es que logre los dos tercios dentro de la Cámara. Tengo que cortar rápido la cebolla porque si no nos vamos a poner a llorar.
-¿Y que se alargue el estado de excepción?
-La única razón sería si es que hay razones sanitarias y por tanto no podemos adelantar una respuesta.
-Los datos de ahora indicarían que no...
-Claro, pero no sabemos si esto se van a mantener. Estamos llorando ya.
-¿Es llorón?
-Soy súper apasionado, me es difícil esconder mis emociones, pero soy muy poco llorón. Aunque te reconozco que ahora me emociono mas fácil que antes.
-¿Qué cosas lo han hecho llorar?
-El nacimiento y la muerte. Y claro, algunas penas de amor.
Vuelta de chaqueta
Una semana antes de que ser ministro, se dio vuelta la chaqueta: de aprobar pasó a rechazar. “Esas opiniones las di cuando era diputado, no me arrepiento y las mantengo. Pero como vocero me toca otro rol que es insistir en que el Gobierno quiere ser prescindente, que haya mucha participación”, dice.
-¿Qué va a pasar la mañana del 26 si arrasa el apruebo?
-Bueno, si arrasa el apruebo entonces lo que a nosotros nos queda es que como Estado, no como gobierno, tenemos que acompañar ese proceso. Yo sé que hay algunos que pretenden decir que el apruebo o rechazo es una especie de referéndum sobre el gobierno, pero no es verdad. Unos creen que hay que cambiar la Constitución a través de una Asamblea Constituyente. Otros creen que hay que hacerlo a través de la actual institucionalidad. Me preocupa, sí, el clima de mayor polarización de aquí al plebiscito y queremos tratar de trabajar en que haya más válvulas de escape para que las personas puedan conversar.
-¿Como derecha ya están pensando en nombres para constituyentes?
-Como gobierno no tenemos candidatos, pero sí tiene que haberlos en Chile Vamos. Y lo que hemos visto es que a veces están los partidos un poquito atrasados en eso.
El fuego
El living de la casa tiene dos refrigeradores transparentes con decenas de tortas. El comedor tiene una vitrina con otros tantos, un freezer y una repisa con bolsas de chocolates y galletas de la pastelería. En la cocina, Bellolio echa aceite al sartén y espera que humee.
-El acuerdo con el machi Celestino Córdova fue criticado por sectores de la derecha que dicen “otra vez el gobierno cediendo” ¿Cómo recibe esas críticas?
-Primero, nosotros siempre vamos a estar disponibles al diálogo con ciertas condiciones. Condición uno: dentro del marco del Estado de Derecho. Condición dos: igualdad ante la ley. Celestino Córdova está preso a 18 años de cárcel por incendio con resultado de muerte del matrimonio Luchsinger Mackay. Es probablemente uno de los hechos más violentos que hemos visto en la Araucanía en los últimos años. Y era clave para nosotros que todo tipo de acuerdo final fuera una propuesta del gobierno aceptada por él, que fue lo que ocurrió.
-¿Cree que la estrategia del diálogo que inicio el ministro Moreno y que ahora continúa Rubilar ha dado resultados? No se ve mucho avance...
-El diálogo que partió el ministro Moreno se vio un poco interrumpido luego del asesinato de Catrillanca. El Plan Araucanía sigue avanzando y lo queremos retomar con fuerza ahora. La Araucanía necesita y merece esa paz.
Comienza a salir humo del sartén. “Vamos a partir con el tomate. Cuidado”, advierte. Los tira al aceite y estos se incendian. “Otra técnica: un poquito de vinagre para que no pierda la crocancia”. Hace lo mismo con la cebolla, y luego con la carne. Le agrega salsa de soya.
-Una vez que deje de ser ministro, ¿piensa volver al Congreso como senador, le gustaría ser Presidente, irse para la casa?
-(Ríe). No sé. La verdad es que mis planes en los últimos 12 meses han cambiado brutalmente. Para mí todas esas opciones están disponibles. Yo pretendo terminar el gobierno con el presidente, y de ahí puede ser desde hacer un doctorado, volver a hacer clases, ir al mundo privado. Lo que tengo súper claro es que...
-¿Al Congreso no vuelve?
-No por el momento, porque además acabo de salir de ahí y no está en mis planes renunciar antes de tiempo. Depende además quién gane la elección presidencial. Yo creo que la va a ganar Chile Vamos. Entonces me encantaría seguir contribuyendo desde ahí.
“He pensado sacar mi 10%”
Mezcla la carne, el tomate y la cebolla. Aparte prepara un risotto a partir de un arroz ya hecho (ver recuadro).
-¿Sacó su 10%?
-Sigo creyendo que es una medida inadecuada en el sentido de que perjudica a las pensiones futuras. Pero entiendo perfectamente que una persona quiera sacar el 10% ante la urgencia inmediata de la pandemia.
-¿Pero usted lo sacó o no?
-No lo he sacado. Lo he pensado, porque tengo hartas deudas que pagar, pero no. Yo además soy de esos que tienen hartas lagunas porque cuando era más joven trabajé independiente, después me fui a estudiar afuera...
-¿Cree que con esto se abrió una puerta para que los fondos se usen para otros fines?
-No es que sea una puerta de entrada, ya lo propusieron algunas personas que querían nacionalizar los fondos de pensiones. La posibilidad de que fuera primero la experiencia peruana para después terminar en la experiencia argentina es alta. Pero hay una cosa paradójica: las mismas personas de izquierda que promovían el retiro de 10% fortalecieron el sistema de capitalización individual.
-Por último, ¿dónde aprendió a cocinar?
-Cuando yo era chico, mis hermanas iban al colegio donde mi mamá era profe y yo me quedaba en la casa, en la cocina. Entonces, desde muy chiquitito sabía hacer arroz y algunas preparaciones, porque mi nana Rosa Salinas, a quien adoro por sobre todas las cosas, me hacía un arroz exquisito. Entonces yo soy mañoso con el arroz porque me gusta hacerlo como ella. Y lo otro es de curioso nomás.
El risotto
Al arroz ya listo le agrega salsa a la huancaína con ají amarillo y queso, y salsa de rocoto, crema, queso, caldo de pollo y revuelve. Cuenta que después del 18 de octubre, comenzó a recibir amenazas que se intensificaron hace cuatro meses. "Publicaron mi teléfono y a partir de eso me llegaban mensajes, insultos. 'Sabemos dónde vives', ponían mi dirección; 'sabemos cuáles son tus rutas'; 'sabemos dónde estudian tus hijos'. En las redes sociales siempre nos hacen pebre, pero nunca me había pasado que fuera una cuestión tan coordinada y violenta. Por eso fue la primera vez que decidí tomar cartas en el asunto. Hicimos una denuncia a partir del Congreso y ahí fue donde el fiscal de acá decidió medidas de protección. Y cuando me nombraron ministro yo pedí que el mismo que me estaba dando protección como diputado, siguiera conmigo: el sargento Gabriel. Lo que más me costó fue explicarle a mis cabros por qué tenía que haber todos los días un Carabinero que estaba acá sin que uno genere lo que no quiere generar, que es temor, pero tampoco odio", reflexiona.
En un plato monta el lomo saltado con el risotto y decora con algunas hojas de cilantro.
-En la UDI se busca que Coloma sea el candidato de consenso para las próximas elecciones internas. Pero por otro lado corre la diputada Hoffman, de quien usted es muy cercano. ¿A dónde se inclina?
-Me cuesta ahora opinar con la misma libertad que tenía mientras era parlamentario. Sigo siendo cercano a la Pepa Hoffman, pero como gobierno nos interesa mucho que haya una UDI esté unida y con un proyecto político común.
-El sector de la UDI que lidera Hoffman propuso privatizar Codelco y vender TVN. ¿Comulga con esas ideas?
-Es legítimo que ellos puedan proponerlo, así como es legitimo que ahora yo les diga que no está dentro de los planes del gobierno. TVN es especialmente sensible para mí. Así que me tocó a los pocos días ir allá y decir que TVN es el canal de todos los chilenos y nosotros queremos que siga siendo así. Me he juntado con ellos varias veces para ver cómo construimos una televisión pública de futuro en donde inclusive puede haber financiamiento público permanente. Y Codelco no está en ninguno de los planes del gobierno vender una parte de ella.
-¿Qué pasa con Lavín? Probablemente va a ser el candidato de la derecha, pero se desmarca de cada una de las posturas de la UDI: estuvo a favor del 10 por ciento, del apruebo...
-Hay muchas personas que pueden estar intentando ser Presidentes. Eso está perfectamente bien, pero corresponde a los partidos decidirlo. Hay otras personas que también están ahí, que han dicho que están disponibles o que lo están viendo, como el alcalde Codina, como la alcaldesa Matthei. O sea, yo veo muchos nombres, y como dijo alguien por ahí, que todas las flores florezcan.